LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Un matrimonio que no podía tener hijos, fueron un día
de compras y se enamoraron de un perrito cachorro que vendían en una
tienda de animales. Se llevaron al perro y le colmaron de cariño y
atenciones, hasta que un día comprobaron con sorpresa que íban a ser
padres.
Obviamente el perro notó que ya no recibía las mismas
atenciones y cuando la preciosa niña nació y la llevaron a casa, el
perro comenzó a sentir celos de la pequeña.
Un día, la pareja
había invitado a unos amigos a una barbacoa en el jardín de su casa.
Estában disfrutando mientras la niña dormía plácidamente en su cunita.
De repente, comenzaron a escuchar unos sollozos que provenían de la nena
y subieron a ver que ocurría.
Antes de entrar a la habitación
vieron salir al perro con la boca ensangrentada y dedujeron que había
hecho daño a la niña. Entonces el padre sacó una escopeta y disparó al
perro en la cabeza, matándolo. Cuando entraron en la habitación, vieron a
la niña jugando y a su lado había una serpiente cascabel, la cual había
destrozado el perro.
Antes de dar algo por sentado, deberíamos
verificar si lo que pensamos es realmente así porque las consecuencias
de nuestras acciones pueden llegar a ser muy dañinas e injustas.
Ya lo dice Juan 7: 24: "No juzguéis según las apariencias..."
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