lunes, 10 de noviembre de 2014

TESTIMONIOS INSPIRADORES

   En la Biblia encontramos un versículo que nos dice lo siguiente: "Y acontecerá que en aquellos días, derramaré mi espíritu sobre toda carne" (Joel 2: 28) Muchos cristianos en la actualidad piensan que hoy Dios ya no nos muestra nada mediante sueños y visiones. Yo respeto esta opinión pero no la comparto porque precisamente hoy os traigo un relato relacionado con este tema y que está extraído del libro "Dios de maravillas".
 

   En 1.910 el pastor O.E. Davis, era presidente de la Misión Adventista de Guyana Británica. Un día llegaron a su oficina notícias de unos indígenas cristianos que vivían cerca del Monte Roraima. Se decía que uno de sus caciques había tenido una visión en el que un ángel le indicó que su pueblo debía cambiar sus vidas y prepararse para la venida de Jesús.
   El Monte Roraima queda cerca del punto donde se unen las fronteras de Brasil, Guyana y Venezuela. Aunque se trataba de más de 320 kilómetros a través de la selva, el pastor Davis decidió ir inmediatamente a visitar a esas personas.
   El pastor llegó tras muchas penurias a las cercanías del Monte Roraima, y durante algunos meses permaneció entre un grupo de esa región. Aprendió algunos elementos de su lengua y a su vez enseñó al pueblo a cantar algunos himnos cristianos, pero poco tiempo después el pastor falleció.
   Después de su muerte pasaron dieciséis años antes de que la Misión Adventista pudiera enviar a otra persona para vivir permanentemente entre aquella gente.
   Fue en 1.927 cuando el pastor Alfredo Cott y su esposa Betty Bulher de Cott, salieron de Georgetown para establecer su residencia en la aldea de Arobopó. Allí organizaron una escuela y comenzaron a trabajar con los aldeanos. Más tarde se trasladaron a una aldea más grande llamada Acurima.
   Este matrimonio tenía inquietud por descubrir a quién se le había aparecido un ángel. UN día, una joven que les acompañaba les contó que su esposo le había dicho de un lugar, a un mes de camino con muchas dificultades, en plena selva, se encontraban unos indios Waki Kru que eran muy buenos y que su cacique Promi había visto a un ángel.
   A raíz de esta conversación prepararon un viaje que duraría dos meses.
   Salieron en Agosto porque se suponía que ese mes era de más sequía puesto que debían pasar por una gran cascada para atravesar un caudaloso río que los separaban de la zona que debían visitar.
   Después de varios peligros con tigres y con la cascada que casi les cuesta la vida, llegaron a la aldea.
   Lo primero que hicieron los aldeanos fue preguntarles si podían ver sus Biblias. Se las enseñaron y ellos, convencidos, les dijeron que eran sus misioneros. Desconcertados, la pareja les preguntó cómo sabían que eran misioneros y ellos le respondieron que Auca les dijo que traerían un libro negro del país que se llama Inglaterra.
   El pastor y su esposa abrieron las tapas de su Bíblia y comprovaron que efectivamente, se había publicado en Inglaterra.
   Auca había muerto pero su hijo, el cacique Promi, había instruído bién al pueblo.
   La pareja notó que sus cuerpos y vestidos estaban limpios y que conocían algunas palabras en inglés.
   El cacique Promi y los integrantes de la aldea les guiaron hasta una casa limpia, blanqueada con cal, y dijeron: -La hicimos para ustedes, nos tomó muchos meses.
   Nos ofrecieron plátanos, papas y yuca, debidamente labados y eso nos impresionó porque los indios no suelen lavarlos.
   Cada vez se hallaban más intrigados y les pidieron que les contaran con todo detalle cómo sabían tantas cosas acerca de la fe de Jesús.
   Entonces Promi les explicó que su padre un día que celebraba una reunión, súbitamente dejó de hablar. Sus ojos parecían de vídrio. Miraba hacia el cielo y ya no parecía respirar. Cuando Auca, su padre, volvió a respirar, su hijo le preguntó si estaba enfermo pero él le dijo que no y le contó que había visto a un ángel; y en varias de estas visiones el ángel le contó que el pueblo debía lavarse y6 ser límpio, y que debían tener sólo una esposa (papá tenía tres). También le dijo que debían guardar el séptimo día como día santo. El ángel dijo que el sábado empieza a la puesta del sol del viernes, y que el tiempo es sagrado hasta que el sol se vuelve a ocultar otra vez. Dijo que no trabajáramos entonces y que comiéramos poca comida el sábado. Mucha comida da sueño.
   Tampoco comían sangre, cosa que era habitual en ellos, ni tomaban carne de animales inmundos como lo enseña la Biblia. Y tampoco tomaban licor. Así mismo, conocían los remedios naturales para sanar a los enfermos.
   También conocían detalles acerca del juicio y de las siete postreras plagas, tal como se detalla en la Biblia.
 

ELVIENE : ESCUELA SABÁTICA-EL AMOR Y LA LEY. Entrada 459

ELVIENE : ESCUELA SABÁTICA-EL AMOR Y LA LEY. Entrada 459: ESCUELA SABÁTICA-4º TRIMESTRE 2014 TÍTULO GENÉRICO: LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO LECCIÓN 5-TÍTULO: EL AMOR Y LA LEY https://www.youtube...

domingo, 9 de noviembre de 2014

HISTORIA: MEDICINA: LA TORTURA COMO TERAPIA

   En 1.864, el médico inglés Thomas willis escribió: "Como primera medida, es necesario intimidar, encadenar y golpear al paciente, además de administrarle medicamentos... Por otra parte, para curar a los locos no hay nada más eficaz que lograr que sientan un respeto reverencial por quienes los atienden, a los que deben ver como sus torturadores... Los dementes violentos se recuperan más rápido cuando se los castiga y se los mantiene en habitaciones estrechas que cuando se los trata con medicamentos."
   Las brutales medidas que propuso Willis para el tratamiento de enfermedades mentales se relajaron a finales del siglo XIX con el nacimiento de la psiquiatría. A partir de entonces surgieron nuevos conceptos y formas de abordar estos trastornos. Pese a todo, la locura seguía siendo un gran misterio. En la década de 1.890, Emil Kraepelin diferenció la psicosis afectiva o maníaco depresiva de lo que él denominó demencia precoz, que en realidad es lo que hoy conocemos como esquizofrenia, término que acuñó Eugen Bleuler. Este profesor suizo fue nombrado director de una clínica psiquiátrica en un antiguo monasterio, situado en el río Rin en 1.886. Bleuler llevó a cabo un magnífico trabajo en aquel centro, mejorando las condiciones de los enfermos de la clínica.