domingo, 24 de marzo de 2013

LA PERLA

En el libro "Palabras de vida del gran Maestro", en el capítulo nueve encontramos esta maravillosa enseñanza:
El Salvador comparó las benciciones del amor redentor con una preciosa perla. Ilustró su lección con la parábola del comerciante que busca buenas perlas, "que hallando una preciosa perla, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró". Cristo mismo es la perla de gran precio. En Él se reúne toda la gloria del Padre, la plenitud de la Divinidad. Es el resplandor de la gloria del Padre, y la misma imagen de su persona. La gloria de los atributos de Dios se expresa en su carácter. Cada página de las Sagradas Escrituras brilla con su luz. La justicia de Cristo, cual pura y blanca perla, no tiene defecto ni mancha. Ninguna obra humana puede mejorar el grande y preciosos don de Dios. Es perfecto. En Cristo están "escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento". Él nos ha hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención". Todo lo que puede satisfacer las necesidades y los anhelos del alma humana, para este mundo y para el mundo venidero, se halla en Cristo. NUESTRO REDENTOR ES UNA PERLA TAN PRECIOSA QUE EN COMPARADIÓN CON ELLA TODAS LAS DEMÁS COSAS PUEDEN REPUTARSE COMO PÉRDIDA.

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