LAS PROTEÍNAS

   Todavía quedan algunos especialistas (cada vez menos) , según los cuales, para que una dieta sea correcta desde el punto de vista nutritivo, debe contener una elevada cantidad de proteínas, y que además, éstas tienen que ser mayormente de orígen animal. Sin embargo, las cantidades de proteínas que se recomienda ingerir diariamente, han ído disminuyendo desde hace unas décadas. Hoy se sabe que el exceso de proteínas en la dieta se relaciona con las enfermedades reumáticas, con la osteoporosis, con el exceso de ácido úrico, e incluso con una disminución en la esperanza de vida.
   En cuanto a la procedencia de las proteínas, antes se pensaba que las de orígen animal eran indispensables, y que ninguna dieta podía ser suficientemente nutritiva si no contenía abundantes rpoteínas animales. Pero hoy se ha podido comprobar que, gracias al fenómeno de la suplementación, con la combinación de proteínas vegetales se obtiene una proteína de sufucuente calidad, equiparable a las de orígen animal pero sin los inconvenientes de ésta.
   El efecto sobre el crecimiento: Éste ha sido otro de los parámetros que se ha venido utilizando hasta hace unos años para valorar la bondad de una dieta. Se creía que cuanto mayor crecimiento se consiguiera, tanto mejor era. Y se ponían ejemplos de pueblos que alcanzan una mayor estatura, como los Masai de Tanzania y Kenya, que se nutren a base de una dieta rica en carne, leche y sangre (tienen la costumbre de beber la sangre de sus animales); minentras que otros pueblos vecinos, como los kikuyos, que solo tienen a su disposición proteínas vegetales, son más bajos y delgados. Lo que no se sabía, es que quienes crecen más deprisa, también enferman y mueren antes. La alimentación hiperproteínica e hipercalórica que se suministra a los niños en los países desarrollados, con la que se consigue un crecimiento mucho más rápido, puede tener graves consecuencias en la adolescencia y edad adulta: obesidad y mayor riesgo de diabetes y arterioesclerosis, entre otras. POR TANTO, UN CRECIMIENTO LLAMATIVO NO SIEMPRE ES SINÓNIMO DE ALIMENTACIÓN CORRECTA.