viernes, 9 de agosto de 2013

DIARIO DE UNAS VACACIONES: LANZAROTE







Llegamos al hotel Hesperia Playa Dorada hacia las ocho de la tarde y nos dirigimos a la recepción del hotel. Allí nos dijeron que como habíamos reservado una habitación de lujo debíamos ir a otra recepción que era para esta categoría: primera sorpresa del día. Nunca nos habíamos encontrado dos recepciones en un solo hotel para distinguir dos categorías de huéspedes.
Los recepcionistas fueron muy amables y nos ofrecieron una habitación con vistas al mar por un poco más de dinero, cosa que aceptamos. Nos llevaron las maletas a la habitación y nos la enseñaron. Después de dar un poco de propina nos quedamos deshaciendo el equipaje y poniendo la ropa en el armario. Una vez puesto todo en su sitio, bajamos al restaurante. Cuando llegamos nos explicaron que nos pertenecía una sala vip, un espacio de sombrillas especial en la zona de las piscinas y un restaurante también especial donde la comida era más variada.
Fuimos, pues, al restaurante Vulcano. Su decoración recordaba la zona volcánica donde nos encontrábamos. Una decoración que hacía al local muy acogedor. Al entrar había una joven muy bien vestida a la que debíamos enseñar una tarjeta y que nos daba la bienvenida. Esta joven llamaba al metre y éste nos llevaba a la mesa. Después un camarero nos traía las bebidas y nosotros nos poníamos lo que deseáramos de comer puesto que era bufet libre. En un principio nos pareció que la comida era variada y además descubrimos que habían zonas en las que          te hacían la comida en vivo.
Después de una comida copiosa para lo que estábamos acostumbrados a comer, nos retiramos a descansar pensando que teníamos una semana por delante y cansados del trajín de todo el día. Nos acostamos y dormimos francamente bien. Las camas eran cómodas y no hubo ningún ruido que nos molestara.
El domingo os seguiré explicando este maravilloso viaje.

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