viernes, 8 de noviembre de 2013

ESTUDIO BÍBLICO: FALSIFICACIÓN DEL MINISTERIO DE CRISTO

Hay sólo "un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre." 1 Timoteo 2: 5. Cristo es el "nuevo y vivo" camino hacia la presencia de Dios (Hebreos 10: 19- 22). El es la escalera que une la tierra con el cielo (Juan 1: 51). Nuestras oraciones y pedidos ascienden a Dios mediante Cristo. Él reemplazó a los humanos sacerdotes, a los altares, ceremonias y sacrificios (Juan 14: 6).
El diablo ha hecho todo lo que pudo para destruir este salvador ministerio de Cristo, Dios sabía que Satanás se opondría, y lo predijo para amonestarnos contra los intentos enemigos de anular la obra de Cristo en los cielos. Este es el tema de la profecía de Daniel 8.

   1. ¿Qué animal vió Daniel en esta otra visión, y qué simbolizaba?

      "Alcé mis ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos; y aunque eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto subió a la postre. Ví que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al mediodía, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quién escapase de su mano, y hacía conforme a su voluntad, y engrandecíase." "Aquel carnero que viste, que tenía cuernos, son los reyes de Media y de Persia." Daniel 8: 3, 4, 20.

  • Nota: El poder de este carnero llegó a ser grande. Estuvo representado en Daniel 2 por el pecho y los brazos de plata de la gran imagen, y en Daniel 7, por el oso.

   2. Después, ¿qué otro animal vio Daniel y qué representaba?

      "He aquí un macho cabrío venía de la parte del poniente sobre la haz de toda la tierra, el cual no tocaba la tierra; y tenía aquel macho de cabrío un cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el carnero que tenía los dos cuernos, el cual había yo visto que estaba junto al río, y corrió contra él con la ira de su fortaleza. Y vilo que llegó junto al carnero, y levantóse contra él, e hiriólo, y quebró sus dos cuernos, porque en el carnero no había fuerzas para parar delante de él; ni hubo quién librase al carnero de sus manos. Y engrandecióse en gran manera el macho cabrío; y estado en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar subieron otros cuatro maravillosos hacia los cuatro vientos del cielo." "Y el macho cabrío es el rey de Grecia; y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero." Daniel 8: 5- 8, 21.

Nota: Este gran poder estaba simbolizado en Daniel 2 por el vientre y los muslos de bronce de la gran imagen, y en Daniel 7 por el leopardo. El "cuerno notable" representa a Alejandro el Grande. Después de convertir a Grecia en un gran poder, Alejandro murió repentinamente a los treinta y tres años.

   3. ¿Qué simbolizaban los cuatro cuernos?

      "Engrandecióse en gran manera el macho cabrío; y cuando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado y en su lugar subieron otros cuatro maravillosos hacia los cuatro vientos del cielo... Y que fue quebrado y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos sucederán a la nación, más no en la fortaleza de él." Daniel 8: 8, 22.

Nota: Después de la muerte de Alejandro, muchos de sus generales procuraron tomar la directiva. Hubo luchas entre ellos, y finalmente el Imperio Griego fue dividido entre los cuatro generales principales de Alejandro. Casandro llegó a ser el gobernante de Macedonia y Grecia; Lisímaco llegó a ser el gobernador de Tracia y parte del Asia Menor; Seleuco gobernó a Babilonia y Asiria; y Tolomeo llegó a ser el gobernador de Egipto, Palestina y parte de Siria. Así, el Imperio Griego quedó dividido conforme a la profecía.

   4. ¿A quién representa el cuerno pequeño?

      "Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, el cual creció mucho al mediodía, y al oriente, y hacia la tierra deseable. Y engrandecióse hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra y las holló. Aún contra el príncipe de la fortaleza se engrandeció, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y el ejército fue entregado a causa de la prevaricación sobre el continuo sacrificio; y echó por tierra toda la verdad, he hizo cuanto quiso, y sucedióle prósperamente." Daniel 8: 9- 12.

Nota: Aquí se describe el poder simbolizado por la cuarta bestia y su cuerno pequeño de Daniel 7: 19- 21. Este cuerno pequeño es la obra maestra de Satanás. En sus conquistas militares el Imperio Romano creció hacia el sur, después hacia el oriente y hacia la tierra deseable, o sea Palestina. Este imperio se levantó también contra el príncipe de los príncipes, Cristo. Sin embargo, el mayor énfasis de esta profecía es acerca del poder del cuerno pequeño. Debido a su disimulada asoladora carrera contra Dios, contra su santuario y sus santos, este poder es llamado en esta profecía "la prevaricación asoladora". Daniel 8: 13. En Daniel 11: 31 se lo llama "la abominación espantosa". Cuando Jesús se refirió a esta profecía, la denominó "la abominación del asolamiento." Mateo 24: 15.

   5. ¿Qué íba a quitar ese cuerno pequeño?

      "Aún contra el Príncipe de la fortaleza se engrandeció, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y el ejército fue entregado a causa de la prevaricación sobre el continuo sacrificio, y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y sucedióle prósperamente. "Y oí un santo que hablaba y otro de los santos dijo a aquel que hablaba: ¿Hasta cuando durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollados? Y él me dijo: Hasta dos mil trescientos días de tarde y de mañana; y el Santuario será purificado. "Y acaeció que estando yo Daniel considerando la visión, y buscando su inteligencia, he aquí, como una semejanza de hombre se puso delante de mí." Daniel 8: 11- 15.

Nota: La palabra "sacrificio" no está en el original hebreo, sino que es agregada. La palabra hebrea en el original, traducida por "continuo" es tamid. También se usa Éxodo, Levítico y Números para referirse al servicio continuo del santuario. Ese servicio diario y continuo del santuario de Israel, señalaba hacia el futuro, a la incesante mediación personal de Cristo en calidad de nuestro gran Sumo Sacerdote en el cielo. Vez tras vez, por lo menos quince veces, el libro de Hebreos habla de la constante mediación de Cristo. Lee Hebreos 5: 6; 6: 20; 7: 3, 8, 16, 17, 21, 24, 25, 28; 10: 12 y 13: 8. El ministerio de Cristo en los cielos es el "continuo" al que se refiere esta profecía de Daniel 8.

   6. ¿De qué modo el cuerno pequeño quitó el "continuo"?

      Este poder ha quitado el "continuo", o sea la continua mediación de Cristo por nosotros, al establecer sacerdotes humanos en lugar del sacerdocio de Cristo. Enseña al hombre a mirar al sacerdote humano, y a confiar en las buenas obras para alcanzar la gracia.

Nota: Los apóstoles creyeron y enseñaron la verdad de que Cristo ministra continuamente en el cielo por los que voluntariamente se acercan a Dios mediante Cristo Jesús. Lee Hebreos 7: 25 y 1 Juan 2: 1. Durante la Edad Media se intentó dar más énfasis en la visible autoridad de la iglesia que en Cristo. El directo acceso de todos los creyentes a Cristo, fue reemplazado por la exaltación del ministerio sacerdotal. Hubo un creciente esfuerzo por desarrollar un sistema de salvación mediante las obras, que tomó el lugar de la salvación por la fe en Cristo. La obra mediadora de Cristo como el gran Sumo Sacerdote en el cielo, fue gradualmente eliminada y perdida de vista. Ese creciente sistema apartó de Cristo la atención de los hombres, y los privó de la bendición y el benefício de su ministerio. Porque sólo el sacerdocio y el ministerio de Cristo pueden quitar el pecado. Este ministerio se realiza en el Santuario celestial. Cuando Cristo estaba en la tierra, no era sacerdote "si estuviese sobre la tierra, ni aún sería sacerdote." Hebreos 8: 4.

Conclusión: La visión de Daniel 8 profetiza más que un conflicto entre naciones. Señala la eliminación del "continuio"; o sea, un intento mundial de destronar a Cristo de su intercesión como único mediador del hombre. A pesar de todo, la grandiosa verdad permanece: "Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo el justo." 1 Juan 2: 1. 


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