viernes, 29 de agosto de 2014

SALUD: EL PRINCIPIO DE UNA CIRUGÍA SIN DOLOR

   Durante la primera mitad del siglo XIX comenzaron a hallarse productos capaces de adormecer a loa pacientes antes de las intervenciones quirúrgicas. En 1.803 se aisló la narceína, que inducía al sueño; dos años después, la morfina; en 1.833, la codeína; y en 1.848, la papaverína, un fuerte espasmolítico. Casi al mismo tiempo llegaron el éter etílico, el cloroformo y el óxido nitroso o gas hilarante. En 1.846, el dentista estadounidense William Morton utilizó con éxito el gas dietiléter para anestesiar a un paciente que fue sometido a una intervención quirúrgica, por lo que se difundió su empleo en otros países.



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