1. ¿Cómo llega una persona a ser creyente?
Requiere un proceso de tres pasos, que puede ser llamado el método ABC:
- A) Aceptar a Cristo como Salvador- Isaías 45: 22 y Hechos 4: 10, 12.
- B) Creer que Cristo es el Hijo de Dios - 1 Juan 5: 13; Juan 20: 31; Hechos 16: 31 y Mateo 18: 20.
- C) Confesar los pecados y abandonarlos - Salmo 32: 5; 1 Juan 1: 9 y Levítico 5: 5.
2. ¿Qué sucede en la persona cuando se convierte a Cristo?
"Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas las cosas son hechas nuevas." 2 Corintios 5: 17.
Nota: En su conversación con Nicodemo, Jesús aclaró que la conversión equivale a un nuevo nacimiento. "Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios." Juan 3: 3. Lee también Lucas 18: 13, 14.
3. ¿Mediante qué poder se realiza el nuevo nacimiento?
"Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre." 1 Pedro 1: 23.
4. ¿Qué tienen en común todas las personas?
"Todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios." Romanos 3: 23.
Nota: El hombre es pecador. Como tal no puede salvarse a sí mismo. Está condenado a la muerte, y su única esperanza de vida está en la gracia y el poder de Dios. Lee Romanos 6: 23. La naturaleza humana es pecaminosa, conforme se lee en Jeremías 13: 23 y Romanos 7: 18, 19.
5. ¿Cómo provee Dios el perdón de los pecados pasados?
Somos "justificados gratuitamente por su gracia, por la redención que es en Cristo Jesús; al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justícia, atento a haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados." Romanos 3: 14, 25.
Nota: La muerte de Cristo por el pecado y en lugar de los pecadores, pagó el precio de nuestras transgresiones. Lee Romanos 5: 6, 8 e Isaías 53: 5.
6. ¿Qué clase de vida empieza con el nuevo nacimiento?
Al explicar el nuevo nacimiento a Nicodemo, dijo Jesús: "Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es." Juan 3: 6. "Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne. Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, mas conforme al espíritu." Romanos 8: 3, 4. El Espíritu Santo cambia de tal modo el corazón, que ahora amamos a Dios supremamente y a nuestros semejantes como a nosotros mismos, de modo que elegimos vivir según los preceptos de la santa ley de Dios. Lee Romanos 5: 5; 1 Juan 3: 14 y Romanos 13: 8-10.
7. Entonces, ¿de qué manera considerará el creyente la ley de Dios?
"Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; tu salud, conforme a tu dicho... y giardaré tu ley para siempre, por siglo de siglo...Y me deleitaré en tus mandamientos, que he amado." Salmo 119: 41, 44, 47.
Nota: Debemos siempre recordar que la salvación por la gracia de Dios no anula los principios de la ley de Dios, "¿Deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley." Romanos 3: 31.
Conclusión: Cuando le preguntaron a Jesús: "¿Qué bien haré para tener la vida eterna?" él respondió diciendo: "Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos." Mateo 19: 16, 17. El joven príncipe que hizo esa pregunta, profesaba estar guardando los mandamientos de Dios, pero Jesús, "magnificando la ley" (Isaías 42: 21), le mostró que en realidad el príncipe no había estado guardándola (Mateo 19: 18- 22). Mediante el apóstol Pablo, Dios nos manda: "Echa mano de la vida eterna." 1 Timoteo 6: 12. ¿Cómo podemos asirnos de la vida eterna? Aquí va la respuesta: "Venid luego, dirá Jehová, y echemos a cuenta; si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si queréis y oís, comeréis del bien de la tierra; si no que´reis y sois rebeldes, seréis consumidos..." Isaías 1: 18- 20. No rehusemos entrar por la puerta abierta del perdón y la obediencia, mediante el poder y la gracia de Dios. Lee Hebreos 2: 1- 3.
No hay comentarios:
Publicar un comentario