jueves, 4 de julio de 2013

ESTUDIO BÍBLICO: EL RENACIMIENTO Y LA VICTORIA

   Cuando al principio Dios creó al hombre, le dio vida. Y esa vida continuó en el hombre mientras mantuvo su unión con Dios. Sin embargo, cuando Adán y Eva pecaron, empezaron a morir. El hombre no tiene vida en sí mismo. Para vivir eternamente debe nacer de nuevo.

   1. ¿Para qué vino Cristo a esta tierra?

      Cristo mismo responde: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." Juan 10: 10. El dijo también: "Yo soy...la vida." Juan 14: 6.

Nota: El destino eterno del hombre depende de Dios que es la fuente de la vida.

   2. ¿Cuán importante es el nuevo nacimiento?

      Léase Juan 3: 3-6.

Nota: Es la experiencia del nuevo nacimiento la que produce el cambio de muerte a vida. Léase Juan 5: 24. De este modo, el pecador arrepentido debe empezar en el punto en el cual Cristo le da vida eterna. "El nuevo hombre...es creado conforme a Dios en justícia y en santidad de verdad." Efesios 4: 24.

   3. ¿Se puede analizar todo lo que ocurre cuando una persona nace de nuevo?

      "El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; más ni sabe de donde viene, ni  a donde vaya; así es todo aquel que es nacido del Espíritu." Juan 3: 8.

Nota: nacer de nuevo es un milagro realizado por el poder del Espíritu Santo de Dios. El etíope escuchó a Felipe que le explicó el sacrificio de Cristo profetizado en Isaías 53, y se convirtió (Hechos 8: 26- 39). Pablo tuvo un encuentro directo con Cristo en el camino a Damasco (Hechos 9). Cuando Pablo predicó el evangelio en Tiatira, Lidia se convirtió (Hechos 16: 13- 15). Cuando el carcelero de Filipos presenció la milagrosa liberación de Pablo y Silas, y oyó la predicación de Cristo, él y su casa se convirtieron (Hechos 16: 25-33).

   4. ¿Qué cambios se ven en una persona que nace de nuevo?

  1. Un nuevo corazón. "Darles he un corazón, y espíritu nuevo daré a sus entrañas." Ezequiel 11: 19.
  2. Nueva mente. "No os conforméis a este siglo; más reformaos por la renovación de vuestro entendimiento." Romanos 12: 2.
  3. Intereses superiores. "Los que viven conforme a la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; más los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu." Romanos 8: 5.
  4. La ley en el corazón. "Daré mis leyes en el alma de ellos, y sobre el corazón de ellos las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo." Hebreos 8: 10.
  5. Amor a sus semejantes. "Sabemos que hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los hermanos." 1 Juan 3: 14.

   5. ¿Cómo se mantiene la vida espiritual del creyente?

      Léase Juan 15: 4-6.

Nota: la persona nacida de nuevo entra en relación personal con Cristo. El poder de Cristo llega a ser de él, y él produce entonces los frutos del amor para gloria de Dios.

   6. ¿De qué modo una persona nace de nuevo?

      Debemos reconocer que nada podemos hacer sin la ayuda de Cristo. En esto Jesús es nuestro ejemplo. Él declaró: "No puedo yo de mí mismo hacer nada...porque no busco mi voluntad, más la voluntad del que me envió, del Padre." Juan 5: 30. La manera en que Cristo vivió sumiso a la voluntad de su Padre, muestra la manera en que el creyente ha de vivir en sumisión a Cristo. Léase Filipenses 2: 5-8. Vivir en Cristo es el fin de la voluntad del creyente, por lo cual vive de acuerdo a la voluntad de Cristo.

Conclusión: la persona no puede hacer nada para recibir el nuevo nacimiento. Sin embargo, la entrega de uno mismo y la dedicación a Cristo involucra una lucha. Dos hombres, uno judío, el príncipe rico, y el otro un gentil, el carcelero de Filipos,  hicieron la misma pregunta: "¿Qué debo hacer para ser salvo?"
          Al gentil Pablo le dio una respuesta simple: "Cree en el Señor Jesucristo." Hechos 16: 31. La respuesta que dio Cristo al judío parece un poco más complicada, pues hasta le dijo que vendiera sus posesiones y las diera a los pobres. ¿Será que Pablo facilitó la salvación y Cristo más bien la dificultó? De ninguna manera. A los dos se les requirió que se rindieran completamente a Cristo. Elijamos hacer la voluntad de Dios, y el resto lo hará él.

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