miércoles, 7 de mayo de 2014

SALUD: LOS MINERALES


   Se conocen unos veinte minerales que forman parte de la composición de nuestro organismo. Los minerales constituyen un 5% del peso del cuerpo, es decir, unos 3,5 kilos para un adulto de 70 kilos. En nuestro organismo, los minerales están renovándose continuamente. Cada día se eliminan con la orina, las heces, el sudor y otras secreciones, unos 30 gramos de minerales, los cuales han de ser reemplazados por medio de los alimentos.
   La fuente más importante de minerales son los alimentos de origen vegetal en su estado natural, especialmente si proceden de cultivos biológicos. Por ello, las dietas cárnicas, y las basadas en productos refinados tienden a ser deficitarias en minerales. Esto se agrava por el hecho de que los suelos de cultivo se empobrecen en minerales, debido al uso intensivo de abonos inorgánicos.

   Calcio. Es el mineral más abundante del organismo, cuyas sales forman la sustancia que confiere dureza al esqueleto. El cuerpo de un adulto contiene entre 1 y 1,5 kilos de calcio, la mayor parte del cual se encuentra en los huesos (el 99%), y en los dientes, y una pequeña parte, el 1% en la sangre y en el resto del organismo.

   Funciones: 

  • Interviene en la transmisión de los impulsos nerviosos, especialmente en el corazón, manteniendo el ritmo cardíaco.
  • Es necesario para que la sangre coagule con normalidad.
  • Regula el equilibrio ácido-básico de la sangre, evitando que esta se vuelva demasiado ácida. De esta forma, neutraliza la acidez que normalmente se produce en el metabolismo de las proteínas.


   El calcio necesita de la vitamina D para poder ser absorbido en el intestino, y pasar así a la sangre. Una deficiencia de vitamina D produce los mismos síntomas que la falta de calcio.
   La deficiencia de calcio se manifiesta en primer lugar por un cuadro clínico llamado tetania, que se carácteriza por calambres musculares, que pueden llegar a verdaderos espasmos. Cuando persiste, se producen alteraciones del ritmo cardíaco (palpitaciones), irritabilidad nerviosa, pérdida de la dureza normal de los huesos (raquitismo en los huesos, osteoporosis y osteomalacia en los adultos), dolores en las articulaciones y pérdida de piezas dentarias.

   el calcio en la alimentación vegetariana: Como ya hemos dicho, el calcio es un mineral muy abundante en los alimentos vegetales, especialmente en las nueces o frutos secos y en las leguminosas. Una alimentación a base de fruta, cereales y hortalizas aporta sobradamente el calcio que necesita el organismo. Entre los alimentos cárnicos, sólo la leche y sus derivados contienen cantidades importantes de calcio.
   Hay que tener en cuenta que el ácido oxálico contenido en algunos alimentos puede dificultar la absorción del calcio, al formar con él sales insolubles (oxalato cálcico). Aunque los alimentos ricos en ácido oxálico, como el cacao, las espinacas y las acelgas, también contienen abundante calcio, es prudente tomarlos en pequeñas cantidades cuando se requiere una dieta alta en calcio.


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