1. Después de la pascua judía y antes de ser entregado, ¿qué ordenanza estableció Jesús en el aposento alto?
El lavamiento de los pies. Lee Juan 13: 1- 17.
2. ¿Entendieron los discípulos la acción de Cristo?
Evidentemente, no entendieron, porque el Señor les dijo: "Lo que yo hago, tú no entiendes ahora." (verso 7). Y les aclaró que ese acto de él era un requisito esencial para la asociación con él, cuando él dijo: "si no te lavare, no tendrás parte conmigo" (verso 8). Además, si ellos hubieran entendido entonces, Cristo no hubiera tenido que sondearlos con la pregunta: "¿Sabéis lo que os he hecho?" (verso 12).
3. ¿Esperaba Cristo que sus discípulos repitieran el lavamiento de pies el uno al otro?
Tres versos prueban conclusivamente que los seguidores de Jesús han de imitar su ejemplo realizando este rito. "Vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros" (verso 14). Y Cristo agregó: "Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis" (verso 15). "Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis" (verso 17).
4. ¿Qué contiene esta ceremonia para nosotros?
- Nos hace recordar la vida de servicio de Cristo.
- En esa ocasión había celo y contienda entre los discípulos (Lucas 22: 24). Por lo cual, cuando Jesús lavó sus pies, los impulsó a esntirse humildes. De ahí que este rito sirva para mantener la debida amante relación espiritual entre los hermanos.
- Este rito sirve también como un rebautismo en miniatura. Lee Juan 13: 10. El que está lavado (el lavamiento del bautismo), cuando comete un error, no necesita ser rebautizado. El lavado de los pies nos da la seguridad de la gracia purificadora de Cristo.
- Como un recordatorio del espíritu de servicio de Cristo, esto nos enseña a servir a los demás hasta donde sea necesario.
"Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed, esto es mi cuerpo. "Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados." Mateo 26: 26- 28. Lee 1 Corintios 11: 23- 29 y 10: 16, 17.
Nota: Para que nos transmita el mayor beneficio, la cena del Señor encierra un acto de cuádruple devoción:
- Es un acto de auto examen.
- Es un acto de dependencia.
- Nos lleva a recordar la muerte de nuestro Señor.
- Alienta nuestra esperanza "hasta que venga". 1 Corintios 11: 26.
Conclusión: El servicio de comunión consiste de dos partes: Primero, el lavamiento de pies, una prueba de nuestra verdadera actitud de humildad hacia los demás. También nos recuerda la necesidad de estar límpios cuando nos acercamos a la mesa del Señor (1 Corintios 10: 21). Segundo, la cena del Señor que simboliza el inmenso sacrificio de Cristo, representa la forma en que Dios expía nuestros pecados. No podemos sostener que amamos a Jesús y rehusar participar de este gran recuerdo de su amor hacia nosotros.
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